La imposibilidad del ciber-comunismo, por Jesús Huerta de Soto
El primer argumento sobre la imposibilidad del socialismo es que el volumen agregado de información práctica, de la cuál disponen los seres humanos de a pie, es tan inmenso que es imposible concebir que pueda llegar a conocerse centralizadamente por ningún órgano director. Bien es cierto que alguien podría decir que el desarrollo de los ordenadores ha sido tremendo, que cada dos años se duplica la capacidad de almacenamiento, de modo que quién sabe si de aquí a un siglo sí sería posible poder absorber toda la información contenida en cada uno de nosotros en tiempo real. Por lo tanto, podríamos asumir que en la actualidad hay una dificultad práctica, pero que no existe una imposibilidad lógica identificada.
Por ello es mucho más importante el segundo argumento, que hace referencia al tipo, la clase de información que generan los seres humanos cuando actuamos empresarialmente, cuando ejercemos cualquier proceso de acción en la vida social. Es esa una información que tiene unas características específicas[1], básicamente subjetiva, práctica, dispersa y no articulable. Es una información que no se puede articular formalmente. Es un know how, un saber hacer, que no somos capaces de explicitar de manera formalizada en que consiste.
‘El volumen agregado de información práctica, de la cuál disponen los seres humanos de a pie, es tan inmenso que es imposible concebir que pueda llegar a conocerse centralizadamente por ningún órgano director’
Es el mismo tipo de conocimiento que se desarrolla en los empresarios que tienen los responsabilidad de firmas u organizaciones comerciales o industriales. No sé puede aprender a ser empresario en la la universidad. Del mismo modo, un agricultor que lleva muchos años en el campo sabe por intuición según como se levante el día, de como es el tiempo, si debe o no cosechar, plantar, fumigar o abonar.
Lo que no puede hacer, sin embargo, es transmitir ese conocimiento por e-mail, mandarlo al ministerio de agricultura, que hipotéticamente recibiría emails de todo el mundo y en función de eso lo introduciría en un ordenador, decidiría el resultado óptimo y lo impondría por la fuerza a cada uno de los agricultores. Es absurdo plantear dicho escenario porque ni siquiera la información es transmisible, no se puede articular en términos formales.
El conocimiento e información que necesita el que está en el ministerio, el que nos manda o nos gobierna, no es el conocimiento o la información de ayer. Para poder dar un contenido coordinador a sus mandatos, lo que necesitaría es la información que generarán los empresarios mañana. En este sentido, siempre la información que llegue al gobernante está obsoleta, se incorpora en una ley o mandato, y cuando llega al cuerpo social genera daño y descoordinación, porque el cuerpo social en el terreno ya ha avanzado y ha generado nueva información
El ejercicio de la coacción sistemática, por lo tanto, bloquea la creación empresarial de información. Impide la creación de información, la transmisión, la coordinación y el ajuste. Precisamente, que se me violente en cualquier parcela, impidiendóme intercambiar información con cualquier ser humano bloquea que yo pueda descubrir la información relevante.
Es el caso de los monopolios, sean de telefonía, de aviación, postales, donde no uno no puede crear lo que haría si pudiera empresarialmente competir y, ya no digamos en el caso de un socialismo real, como el cas de la extinta Unión Soviética, antiguos países del Este, o países como Corea del Norte, Cuba, gra parte de China o Vietnam. Se impide que exista cualquier propiedad privada de los factores de producción, no hay bolsa de valores, nadie puede ser propietario de una empresa, etc En esos entornos, no podemos actuar libremente y, por lo tanto, no descubrimos la información relevante. La propia coacción del Estado, que es lo que caracteriza al socialismo, socialismo es siempre coacción, bloquea la creación de información que precisamente es la que necesitaría como agua de mayo el órgano planificador para dar un contenido coordinador a sus mandatos.
Si hay alguien que piensa que se podría transmitir una información articulable a un ordenador para que este la digiriera, la tratara y sacara, resolucionando un sistema de ecuaciones, la solución óptima incorporándola en mandatos, creando un Nirvana, de manera coactiva, piense que es un error gravísimo.
De lo que estamos hablando es de seres humanos que descubren información nueva mucho más potente y creativa gracias a ordenadores, no porque la información está en el ordenador, si no porqué da pie a ella. Cuando yo puedo navegar en internet, ver diferentes páginas web, se me ocurren nuevas ideas que antes habían pasado desapercibidas. El que está creando, empresarialmente, soy yo, no la máquina. Si pretendemos que la máquina solucione el problema introduciéndole información, que siempre será parcial, no actualizada respecto al ahora, entonces solo se generará caos social.
Catedrático de Economía Política en la Universidad Rey Juan Carlos
Transcripción de las clases del profesor
[1] Ver en el capítulo 2 del libro Socialismo, cálculo económico y función empresarial.