Impuestos, súbditos y ciudadanos
Que la izquierda ha sido siempre estatólatra no es una novedad y que busque incrementar todo lo posible el tamaño del Estado, es decir, el control político sobre la vida de las personas, no es sorpresa para nadie. El problema es que, filosóficamente, tampoco la centroizquierda ni la centroderecha tienen una convicción clara en favor de la libertad individual frente al Estado. Al menos, no cuando se trata de derecho de propiedad.
‘en nuestra cosmovisión preliberal, el poder político siempre actúa en beneficio del bien común. Es precisamente porque tenemos mentalidad de súbditos y no de ciudadano’
El resultado es un ciclo de decadencia que se retroalimenta: el Estado es capturado por intereses políticos que invocan la “justicia social” para captar más rentas subiendo impuestos. Como estos se gastan mal y la política de alzas tributarias crea más de los mismos problemas que supuestamente ha de resolver, entonces se reclama por más impuestos y mayor gasto estatal.
De más está decir que al final de este camino no nos espera Dinamarca. Lo que nos espera es más parecido a Argentina, cuya carga tributaria es similar a la de los países nórdicos, pero cuya mentalidad, a diferencia de la nórdica, no es la de ciudadanos que exigen al poder honestidad y eficiencia en el uso de recursos y que además celebran la libertad económica, sino la de súbditos anticapitalistas resignados con lo que el poder político les permite mantener, por un lado, y agradecidos por el asistencialismo del que dependen, por el otro.
Axel Kaiser
Publicado originalmente en Fundación para el Progreso