Cuatro bodas y un funeral, nueve años después
Tal día como hoy hace nueve años enterrábamos a uno de los economistas más destacados en el terreno público: David Taguas Coejo. Con una vida dedicada a crear políticas que solventaran los problemas endémicos de la economía española, David dejó como testamento profesional un libro cuyos análisis y recetas permanecen prácticamente intactos a pesar de que ya no estamos en el mismo ciclo económico, las circunstancias han cambiado radicalmente, pero hay muchos elementos de fondo que permanecen si no peor, igual que en 2014.
Meses después con el famoso ‘whatever it takes’ de Draghi lo peor había pasado, pero los problemas de fondo han permanecido sin corregirse en países como España. David no pudo ver el giro copernicano en la política europea en la actual legislatura, no sólo por la covid-19, sino muy consciente de que la permanencia de la Unión Europea depende de cómo lavar los trapos sucios de sus economías más incumplidoras con la fuerza que da tener una moneda única y una acumulación de ahorro frente al exterior ininterrumpida desde hace décadas. Seguro que le habría indignado teniendo en cuenta la poca confianza en la política española para autoimponerse restricciones necesarias para el buen funcionamiento de la economía a largo plazo.
‘Más allá de la preocupación eterna sobre el déficit público, la situación de las familias es altamente preocupante más hoy que en 2014’
Tomando el mismo orden que identificó el autor para los tres males endémicos restantes, el primero es el consumo público. Comparando trimestres homogéneos, en términos reales y corregidos de estacionalidad, vemos cómo en el período 2014-2022 el PIB creció un 12%, mientras que el consumo público lo hizo en un 13,4% (cálculos realizados a partir de los datos de Contabilidad Nacional del INE). En este sentido, el gasto de las AA.PP no ha parado de crecer desde el estancamiento que se produjo en términos reales entre 2012 y 2014.
Más allá de la preocupación eterna sobre el déficit público, la situación de las familias es altamente preocupante más hoy que en 2014. El espejismo del ahorro durante la pandemia (los aproximadamente 65.000 millones extra ahorrados) ha desaparecido volviendo a dejar las cifras del ahorro familiar en mínimos (6,7% nivel muy similar al de 2014). Y todo ello a pesar de la generalización del tercer mal que identificaba David como era la política de protección del poder adquisitivo. La indexación de salarios, pensiones y otras rentas al IPC es hoy más dañina que en 2014 por seguir en una crisis inflacionista con unos márgenes empresariales muy dañados.
Nueve años después, hemos asistido a dos funerales: uno, el del propio autor. Y otro, el de tener las tasas de paro más altas de las grandes economías europeas, junto a una deuda pública que difícilmente bajará del 100%.
Javier Santacruz es economista, analista financiero y profesor universitario.
Publicado originalmente en The Objective